Este estudio examina la relación entre las tasas de suicidio y los niveles de felicidad de los países. Tanto el suicidio como la felicidad pueden ser indicadores apropiados para la salud mental en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, ya que parecen medir diferentes aspectos de la salud mental: la felicidad podría ser una medida del bienestar de la población y está relacionada con el nivel de desarrollo de un país, mientras que la tasa de suicidio es una medida del sufrimiento de la población en el extremo más bajo y no parece estar relacionado con el nivel de desarrollo de un país. Al estratificar por nivel de desarrollo socioeconómico, no hubo correlación entre suicidio y felicidad en los países con un índice más alto, mientras que hubo una correlación negativa en países con más bajo nivel de desarrollo. La débil asociación entre las tasas de suicidio y la felicidad también podría deberse a que otros factores además de la salud mental pueden afectaras tasas de suicidio, como el acceso a medios letales, la información de los medios de comunicación sobre el suicidio y los niveles de abuso de alcohol.